Por Sergio Rubio

           A partir de esta inmersión y apropiación del metaverso, el usuario atraviesa un proceso de desarrollo personal e inconsciente de su misma manera de actuar y esto se ve reflejado específicamente durante su desempeño en el rol a cumplir en los videojuegos, en el que se ve complementado por sus comportamientos éticos y morales ya adquiridos. Es por ello que para que el jugador logre obtener la mejor experiencia de todo lo que brinda el juego, debe de pasar por diferentes momentos y etapas de su vida que lo hacen entender y actuar según ha vivido, es decir, la evolución de su criterio y su maduración de su moral.

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           Para lograr un progreso moral y de ese modo una maduración mental y de criterio, se deben de atravesar tres niveles que van de la mano de la edad.

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           El primer nivel va desde los cuatro hasta los diez años, donde solo está presente el bienestar personal, no hay pensamientos ni razonamientos hacia otro sujeto. El segundo nivel va desde los diez años hasta la etapa de la adultez, ahí está presente el bienestar personal, pero con mayor conocimiento de otros sujetos, una reflexión social pero muy ambigua. El tercer y último nivel va desde la etapa adulta en adelante, con un conocimiento ya adquirido desde a nivel personal como nivel social, pues existe una posición y pensamiento independiente sobre el cual el sujeto ya ha formado en todos sus años de vida (Arnett, 2008; Cruz Puerto, 2020).

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           Continuando con lo anterior, el sujeto que ahora es jugador crea un modo de juego, pues da vida a cómo considera que debe de ser el personaje que controla, sus decisiones, carisma, ética y demás factores que componen al protagonista, es en ese momento donde salen a flote sus conductas de razonamiento en un mundo virtual, el modo en que desempeña y evalúa diferentes momentos para ejecutar cierta acción, poniendo a prueba lo que ya sabe y abierto a aprender todo aquello que no sabía que desconocía, creando un vínculo entre personaje y usuario, conformando una versión de sí mismo en un entorno virtual.

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Ética y moral variable

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           Una vez llegado a este punto, el sujeto que será el jugador y personaje principal tiene todas las bases necesarias para jugar contando con valores que le permitan definir ante lo correcto o incorrecto, principios sociales, emocionales, empáticos, entre otros para así poder administrar y reflexionar debidamente lo que el juego y sus creadores desean ante todo aquel que se adentre en la historia y los zapatos del protagonista. Sin embargo, este tipo de objetivos y roles que el juego le impone a realizar al jugador son variables según sea la función que debe de cumplir. Pues existe el caso de ser el héroe de la historia cuyo único y principal papel es derrotar al villano(s) para salvar a los afectados y consecuentemente ganar, como también es interpretar a un “villano”, dentro de lo que considere cada quién, y crear caos, destrucción, muerte y agonía en este mundo ficticio para ganar. Un buen ejemplo de ello es el juego Among Us (InnerSloth. 2018), un juego que toma lugar en una nave espacial o planeta extraterrestre y están dos bandos.

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           Por un lado, está el papel de los tripulantes que buscan cumplir la totalidad de sus misiones para que logren salir de donde están y así poder ganar, pero por el otro lado, está el papel del impostor/asesino que busca evitar que los demás tripulantes completen sus misiones y para lograrlo debe hacer uso de todas esas “trampas” que tiene a disposición, pero para cumplir ese objetivo se debe plantear una estrategia, mentir para que haya problemas entre los mismos jugadores y no sospechen de quien es el verdadero asesino, para así manipularlos para que exista una desconfianza entre ellos mismos y eventualmente asesinar a todos, para así de este modo ganar. Existen muchos más casos que hacen cambiar el estilo de juego del jugador para que este actúe de cierta manera para salir victorioso, aunque el más exitoso y de mayor accesibilidad es Among Us.

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           Este tipo de juegos son una gran representación de cómo es que el jugador se ve influenciado por el juego para desvincular todos aquellos valores que lo componen, tomar postura y aunque sepa que esté consciente que es actuar correcta e incorrectamente, busca un modo para mentirle a un compañero y manipular su confianza para asesinarlo y ganar, la flexibilidad de su ética y moral es una reflexión en cómo puede cambiar todo aquello que defiende y predica en el mundo real, puede verse opacado y cambiado por un mundo intangible.

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           Definitivamente, el usuario como ente principal que toma las decisiones en el juego, tiene diferentes vertientes que hacen de su experiencia algo único e inigualable, debido a como hay un planteamiento del espacio y tiempo en el que el jugador debe entender y de este modo interactuar con la historia, sus fortalezas, debilidades y sus personajes, como también con su propia introspección al momento de asimilar sus decisiones y su consecuencias. En otras palabras, estas historias son personalizadas para cada tipo de jugador debido a que el valor de subjetividad de cada persona es diferente, al igual que sus elecciones y la manera de jugar y de este mismo modo cuando recibe las consecuencias de sus actos y en cómo actuará después. En el mundo virtual existen tantas opciones que son interminables sus posibilidades y cada vez más existe una migración, apropiación y protagonismo del mundo irreal en comparación al actual, en ello entra en cómo la web es partícipe y propulsora del mismo.